La enferdad del mosquito
Se trata de una enfermedad parasitaria originada por el protozoo leishmania infantum.
¿La enfermedad la produce el mosquito?
No exactamente, el mosquito es el vector.
Es decir, el mosquito es un agente que transporta y transmite un patógeno a un organismo vivo. No es el causante del parásito pero lo transporta, transmitiéndolo al perro mediante su picadura.
Concretamente el mosquito transmisor de la leishmania es el flebotomo con más de 80 subespecies consideradas vectores de la leishmania.
¿Sólo afecta a los perros?
También pueden darse casos en personas pero no se trata de una enfermedad contagiosa. No obstante, el perro es la especie más susceptible a esta enfermedad.
¿La enfermedad sólo se da en el área Mediterránea?
Es cierto que afecta más en áreas de climas cálidos. No obstante, el movimiento de personas, animales y vectores hace posible que se den casos en otras áreas más frías.
¿Cuándo pica el mosquito?
La presencia de flebotomo es más frecuente en las horas más frescas, tales como atardecer y amanecer. Precisa de una humedad de más de 16 º C y de la presencia de vegetación.
¿Qué dos formas de leishmania existen?
La leishmaniosis puede manifestarse en dos formas, de manera cutánea con signos como hiperqueratosis (tales como eccemas ) en ojos y orejas, zonas peladas sin pelo, delgadez y crecimiento exagerado de uñas.
El otro tipo de cuadro es el visceral, viéndose afectados el riñón y el hígado. Esta forma es la más grave llegando incluso a poder derivar en una insufieciencia hepática o renal.
Pese a que el primer cuadro es más llamativo tiene mejor pronóstico al no verse afectados los órganos del animal.
¿Qué síntomas pueden alarmarnos?
Un cuadro cutáneo caracterizado por lesiones de carácter local: alopecias puntuales, hiperqueratosis en la trufa, presencia de grietas en la trufa, sobrecrecimiento de las uñas y engrosamiento de los párpados, además de un chancro de inoculación; una lesión de la piel asociada a la picadura del flebotomo.
Además el animal manifiesta una pérdida de peso que no se acompaña de una pérdida de apetito.
Así como lesiones oculares tales como conjuntivitis, úlceras, sequedad ocular o inflamación de la córnea.
Otros síntomas son el sangrado de la nariz o las uñas dobladas, lo que se conoce como nicopatía.
Por otro lado, el animal puede experimentar además una inflamación del bazo (esplenomegalia) y adenopatías (incremento de los ganglios linfáticos) signo característico de la presencia de enfermedades. Estas afecciones obviamente, se aprecian tras un reconocimiento veterinario.
Lo mismo ocurre con los fallos renales y hepáticos, siendo el fallo renal la causa más frecuente de la muerte del enfermo de leishmaniosis, la orina pierde proteínas y los inmunocomplejos dejan de ser filtrados por los riñones.
Los inmunocomplejos quedan formados por moléculas de antticuerpo unidas a un antígeno.
Los antígenos son fragmentos de las moléculas externas de virus o moléculas externas de células extrañas.
¿Cómo se diagnostica?
La enfermedad no se hace evidente en las pruebas inmediatamente. Se tarda en que un perro infectado de leishmaniosis dé positivo en las pruebas de la enfermedad entre 3 y 18 meses.
Existe un diagnóstico a través de un test por sangre a pesar de que este puede dar falsos negativos. Otro método es la analítica de pruebas serológicas que permite captar la presencia de anticuerpos en la sangre. Estas últimas son más fiables.
¿Existe tratamiento para esta enfermedad?
Encontramos fármacos que matan los leishmanicidas por vía oral como Milteforan aunque a veces ante fallo renal es devuelto por el animal.
También existe una inyección, Glucantime que no acaba con todas las leishminicidas y tampoco es apta para el fallo renal.
Otro fármaco que hace experimentar una mejora clínica, aunque no cura es Alopurinol.
Por último, Domperidona, de carácter preventivo ejerce una función moduladora estimulando el sistema inmunitario.
Además encontramos una vacuna de carácter preventivo que prepara al sistema inmunitario y se inyecta en tres dosis con una separación de tres semanas entre las mismas.
Obviamente, se comprueba previamente que el animal no esté infectado de leishmaniosis. Esta vacuna preventiva, ha provocado reacciones adversas en algunos perros generando cierta controversia sobre si de verdad presenta un avance en la lucha contra esta enfermedad.
Por otro lado encontramos métodos preventivos a la enfermedad como son las pipetas (de uso cutáneo), el collar antiparasitario y una pastilla de venta en veterinarios también de carácter antiparasitario.